28 noviembre 2011

Ciudadano español

Con mi bufanda levantinista bien puesta sobre mis hombros, 
formalicé mi consecución de la ciudadanía española

¡Yo soy español, español, español!
El 11 de noviembre de 2011 (11-11-11), tomó lugar un acto muy especial en mi vida, un día para guardarlo en el recuerdo y llevarlo siempre conmigo mismo. Obtuve la ciudadanía española en el Consulado español en la ciudad de Chicago por medio de la ley de Memoria Histórica que permite a los nietos de españoles exiliados recuperarla. Después de muchos años, cinco en mi recuerdo, de investigaciones y viajes, al final valió para conseguir la ciudadanía. Gracias a la colaboración y entrega de mis padrinos, Joan Bosch Gosalvez y Rosa María Alcaina, una pareja muy levantinista, podría presentar el acta del nacimiento de mi abuelo, el documento que siempre me hacía en falta al solicitar la ciudadanía.

Aun así, quedó un camino más complicado de lo esperado entre julio y noviembre. Durante los últimos meses, he estado en contacto constante con el Consulado. Tenía que probar varias cosas sobre mi abuelo. Toca reconocer que su historia personal causa dudas y confusión: estaba en los Estados Unidos antes de la Guerra Civil y luego regresó a España para luchar en las filas de la Brigada Internacional de los EE.UU. y, por si era poco, cambió su apellido al convertirse en ciudadano estadounidense después de la Guerra Civil.

Después de mucho papeleo y un sinfín de mensajes y documentos enviados, quedó menos y el Consulado al final se comportó muy bien conmigo y era lo suficientemente razonable a la hora de examinar los documentos míos. Incluso, se animó a buscar otras pruebas del gobierno estadounidense que verificaron lo que venía diciendo sobre la historia personal de mi abuelo. Al final, todo estaba aclarado y podía obtener la nacionalidad española.

Mi novia no quiso perder el acto y me acompañó en la visita al Consulado.
Ella es de las pocas personas que siempre me apoyaron en el perseguimiento de este sueño.

Repaso las entradas de este blog y parece mentira que al final se ha cumplido mi sueño. A día de hoy yo soy español. Después de muchos años llenos de frustraciones, después de sufrir las bromas y burlas de mucha gente que me desanimaba en mis investigaciones y mis intentos de conseguir la nacionalidad española, después de lamentar en muchas entradas en esta misma página la imposibilidad de conseguir la nacionalidad y ratificar lo que era parte de mi identidad... ya figura en la lista de españoles en el extranjero, precisamente en los Estados Unidos, el nombre de Dean Burrier Sanchis. Al final, hasta puedo llevar el apellido de mi madre de forma oficial (y con la ortografía y pronunciación verdaderas).

Ante todo esto viene una lluvia de emociones pero hay que dejar las cosas muy claras. Todo esto ha sido posibilitado por el Levante Unión Deportiva, ese club tan parte de las raíces cabanyaleras de mi abuelo como el mismo mar mediterráneo. Recopilo mis propias palabras de la entrada "Por qué soy del Levante UD" que capturó la atención de muchos levantinistas, incluidos mis ahora padrinos Joan y Rosa María.
"A pesar de que mi deseo de obtener la nacionalidad española ha sido un fracaso, me ha acercado al Levante, una gran conexión a la tierra de mis ancestros. Gracias al Levante puedo sentir cada día más cercano, más orgulloso de mis raíces, y, como el mismo club, lo que es ser de El Cabanyal y los Poblados Marítimos."
Era tan profundo, aún entonces (y ahora mucho más), la conexión que sentía con el Levante que tranquilizó el deseo de conseguir la ciudadanía española y cumplir mi sueño, había encontrado algo muy fuerte y bastante representativo de mí mismo y mis raíces. Como dije en otra entrada "(encontré) una sociedad con la que me identifico al 1909%". Hubiera muerto tan contento siendo levantinista sin haberme ratificado como español... pero las cosas no terminaron de esta manera.

Debo la consecución de este sueño de adolescencía inocente y pura, y muy soñadora, al Levante. Mando mi más sincero agradecimiento a Joan y Rosa María por hacer posible este sueño y por acogerme como un tercer hijo. A Javier Zamora y el jugador levantinista Rafa Jordà por este concurso de vídeos y los ánimos que me dio Javier de contar mi historia de levantinismo que tan gran efecto ha tenido, era el catalizador de todo esto, les doy también mis gracias. También quiero agradecer a la peña AmuntGranotes. Sin vuestra increíble generosidad, no hubiera podido llevar esa bufanda para tener presente y bien representado al club y los levantinistas.

Daré mi eterna gratitud y agradecimiento por aquellos primeros encuentros con el club, y luego sus seguidores y mis padrinos. Ahora mismo, puedo adelantar que habrá otro encuentro, aún más emotivo, tan emotivo que provoca unas lágrimas de felicidad por aquí. En febrero pisaré tierra valenciana y, lo que es mucho más, entraré por las puertas del Ciutat de València por primera vez en la vida para ver jugar al club de mi vida. Nos veremos allí.
D.B.S.