08 diciembre 2011

Hui parlarem valencià en la classe de l'espanyol


"Ah, pero ¿Cómo fallaste otra vez? ¿No sabes la respuesta? y tú eres español?" Así recriminaron los estudiantes estadounidenses al estudiante vasco ayer. Me dolió mucho que esto pasara en mi clase, aunque sólo soy un maestro-estudiante, un estudiante de universidad haciendo prácticas en un instituto. Hablamos de un chico alegre pero pasivo y este tipo de comentarios le da cierta vergüenza. Para él, el Euskerra es su primer idioma, aunque sí sabe algo de español. Los estudiantes, en su ignorancia, no saben esto ni de la existencia de los otros idiomas representados en España. Yo dije basta. Claro, con todo lo que he vivido en los últimos años, los recriminos, las bromas, etc. no voy a soportar bajo ningún caso a este tipo de tonterías. No voy a tolerar ignorancia en mis clases. De inmediato, empecé a planear la próxima lección...

Hoy, los chicos van entrando en la clase y se ponen a escuchar el tema del día. Casi siempre suena una canción antes del inicio de la clase para ponerles a gusto y ya empezar con algo de español. Porque siempre son canciones en castellano. Aunque hoy es una excepción.

Suena "Casa meau, casa vostra", una canço preciós de mi padrino. Algunos estudiantes tienen caras de confusión y pensarán "¿Y esta canción está en español? No entiendo apenas nada de ésta". Ahora suena la alarma para el inicio de la clase...

"MOLT BÉ. Classe, hui es un día especial..." les digo. Ilumino la pantalla del proyector electónico. Lleva el mensaje de "Benvingut a la classe de VALENCIÀ".
"Hui NO parlarem castellá, estudiants. Hui parlarem el valencià. Perquè segons vosaltres tots els idiomes espanyols són iguals. Hui serem parlants dels altres idiomes" les explico.
Caras de estupor de toda la clase. Les pregunto en inglés si me han entendido. Un "¡NO!" rotundo y desesperado se emite. Les explico que efectivamente no hablaba castellano, sino el valenciano porque les quería mostrar que en España hay muchos idiomas. Ahora hago la conexión al estudiante en cuestión. Él es de España pero su primer idioma no es el castellano. Es su segundo y inglés su tercero.

"Nunca le he acompañado a la clase de inglés, pero seguro que no recrimina a vosotros cuando equivocáis una respuesta." Les explico que a partir de allí jamás toleraré comentario parecido sobre sus abilidades con el castellano y si llego a escuchar de nuevo comentarios, hablaré valenciano al protagonista de aquello para el resto del curso. Como postre, invito al estudiante vasco a deleitarnos con su Euskerra y escribirnos algo en la pizarra y pronunciarlo para nosotros. Los estudiantes aprecian lo incomprensible que es el idioma para ellos y que no tiene nada que ver con el castellano.

Están muy callados los estudiantes ya mientras les demuestro un mapa linguístico de España. Aprecian los distintos colores de los idiomas, todo un arco iris en el mapa. Queda zanjado el tema y creo que jamás tendremos que hablar del asunto.

Esto es lo que yo llamo un momento de enseñanza (Teaching moment). Es algo que sale de la clase pero que no necesariamente tenga que ver con el material ni nada. Sólo que sea una cosa que deben saber y el mensaje tenga alguna importancia respeto al mundo externo. Aquí quería hacerles conocer su propia ignorancia. A esta edad cuando se creen dueños del mundo y en un país que les da a diario pastillas de arogancia, deben tomar un dosis de humildad y a luchar en contra su ignorancia. Quería abrirles al mundo un poquito.

Me alegro que podía hablar algo de valencià en público por más o menos la primera vez salvo unos muchos "VISCA LLEVANT!". Llevo algunos meses practicando el idioma. Escucho diariamente a cançons de mis padrinos, del cantautor levantinista Lliure y de Obrint Pas. Puedo decir unas frases y poco más. Pero cada vez amplio mi vocabulario y entendimiento. Es otra parte de esta aventura de descubrimiento. Es otra parte de la historia de recuperación. Seguramente era el idioma de mi abuelo y mis ancestros, y es una parte vital de la cultura, tradición y actualidad valenciana. Lo llevo con mucho orgullo y aunque me falta mucho aprendizaje y práctica, voy a disfrutar mucho de la experiencia.

Al valenciano lo veo en una situación parecida al Cabanyal y al Llevant UD. Estaban al borde del abismo hasta que unos fieles resistentes se ponían en rebelde. Pusieron manos a la obra por proteger y preservar algo que tenía y tiene mucho valor, historia y que nos muestra maravillas tanto de la tradición valenciana como de la humanidad. El valencià es, al igual que El Cabanyal y el Llevant UD, una gran parte de mi identidad. Lucharé por el valenciano de la misma manera que lucho por la preservación y bienestar de El Cabanyal y del Llevant UD.


***Si les interesan los temas de este blog, les invito a seguir leyendo en los próximos meses, a subscribir la página si hace falta para acordarse de mí. Sus lecturas y comentarios también son parte de esta aventura. Los agradezco mucho y aprecio la valoración positiva que recibo aquí y en otros sitios sobre mi aventura que para algunos era descabellada y una pérdida de tiempo. Obviamente aquellas personas no pueden entender lo que significa todo esto para mí ni tampoco lo que siento ahora mismo por haber transcurrido este camino.


El periodista José Luis Garcia Nieves ha escrito un artículo muy especial esta semana. Ha contado mi historia en el periódico Levante-EMV. Lo recomiendo a todos. Hizo un labor periodístico muy profundo que se ve claramente. Cuenta mi historia con una claridad (y brevidad) que tal vez no he logrado aquí de todo. Diré que es porque maneja mejor el idioma, pero seguramente es porque es mejor escritor...

D.B.S.