24 diciembre 2010

Viajes hernandianos: Alicante

 Rosa roja para ti
Tumba de Miguel Hernández en Alicante, Valencia
(foto: sacado por el autor)

Alicante: Ciudad que le enteró

Alicante simboliza el triste fin de camino en la vida de Miguel Hernández. Allí es obligatorio reconocer la realidad fea de la guerra civil y del franquismo que puso fin agónica a la vida de un poeta tan puro de corazón.

Alicante y su puerto mediterráneo

Alicante supuso un tiempo muy difícil en mi vida. Había hecho La Senda del Poeta y allí estaba unos días muy solitario. Fue tal vez lo más solo que he sentido en muchos años. Extrañaba muchísimo a mi novia y el alivio que me dan mis amigos. Tenía mucho tiempo para pensar y así dedique mis días en Alicante. Aquí reparto los lecciones que he sacado de esos días que aún hoy en día tienen relevancia en mi vida.

Al entrar en la puerta del Cementerio Nuestra Señora del Remedio de Alicante, tenía algo de ansiedad como si fuera viendo un viejo amigo. Había un paz tremendo allí ante la tumba de Miguel Hernández. Sólo hay el sonido del aire pasando por las calles del cementerio, de unas personas limpiando las tumbas de sus ancestros y unos gatos como espíritus reencarnados pasando siestas a los pies de las tumbas.

Tumba de Miguel Hernández
Allí descansa el cuerpo de Miguel, junto con su esposa y su hijo. Puede que su espíritu está allí pero mejor decir que perviva en todos esos lugares, en su poesía y sobre todo en nuestros corazones, los corazones de sus discípulos y lectores. Y ese espíritu no guarda rencor a nadie. Así es la muerte: cuando todos somos polvo, poca importa lo demás.

Pues, la lección que he sacado de esa experiencia es igual: no debemos guardar rencor ni odio ni resentimiento porque nos hacen de menos. Lo que ha pasado, ha pasado y sólo nos sigue dañando si guardamos emociones negativas como éstas dentro de nosotros. Como he hecho en todas esas entradas de blog sobre Miguel, nos toca enfocar en él, sus mensajes y consejos. 

Esas lineas de poesía de Miguel hablan de esa lección...
No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme. no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa ?
¿Quién amuralla una voz?
...
Libre soy, siénteme libre.
Sólo por amor.
Aunque los fascistas, los franquistas, los nacionalistas intentaron romper el espíritu de Miguel Hernández, poniéndole en la cárcel y dejándolo sufrir: nunca lo consiguieron, ni en su muerte. Y como bien nos enseña Miguel: ¿Quién encierra una sonrisa? Pues, ¿Quién puede atrapar Miguel hoy? Franco intentó medio la censura terminar con Miguel Hernández, pero nunca lo consiguió. El espíritu de Miguel es mucho más fuerte y aún así limpio, puro de corazón, SIN RENCOR.

 "Sangró, Luchó, PERVIVÓ"
Tumba de Miguel Hernández

Pues, si Miguel no está enfadado, ¿por qué nosotros? Sí, hay que recordar la brutalidad, el odio profundo del fascismo para que no vuelve a pasar en el mundo, pero al mismo tiempo nos dañamos si vivimos lleno de rencores. Sólo tenemos que pasar por un cementerio a escuchar lo que nos dicen nuestros antepasados. Nos dicen: "¡Basta! ...que ya hemos muerto. ¿Para qué sigues luchando nuestras batallas? ¿Para qué nos sigues usando como petroleo para el fuego de guerra, cuando debemos ser agua de paz?" 

Pues, felices fiestas del fin de año para ti, sean navideñas, de reyes, de lo que sean. ¡Que disfrutes y que contemplas lo transitorio que es la vida y la importancia de vivir al máximo y no malgastar nuestro tiempo en el rencor!


 "Libre soy sienteme libre, solo por amor"



*Anuncio del próximo tema*
Será: Profesor de Español
Llegamos al fin del ciclo sobre Miguel Hernández y ya he escogido el próximo tema. Será "Profesor de Español", un título que mi abuelo y yo compartimos. Él fue Profesor de Español y dentro de año y medio yo también tendré el mismo título de "Profesor de Español".

05 diciembre 2010

La Senda del Poeta


"La Senda del Poeta"
Sacado en las afueras de Orihuela por el autor
El viaje más hernandiano

Hay pocas cosas en la vida que puede probar la mentalidad y fuerza de una persona como pruebas de aguante física. La Senda del Poeta como El Camino de Santiago (que hicé en 2006) eran desafíos importantes en mi vida y tienen historias importantes en mi vida. He sacado lecciones, actitudes, filosofías de vida de esas experiencias. También he aprendido mucho de mí mismo y me he reforzado por medio de ellos. Hoy con respecto al mes que he dedicado mi blog a Miguel Hernández, me toca hablar de mi andadura por La Senda del Poeta, sin lugar de dudas el viaje más hernandiano.

Venían las vacaciones después del primer mes de clases pero antes del comienzo de las nuevas en mi programa de estudios en Alcalá de Henares, pues era momento para viajar. Algunos compañeros planeaban viajes a lugares exóticos como Italia, Inglaterra, Marruecos, e Ibiza. Como había gastado toda mi pasta para estar en España por el verano estudiando, pues no tenía dinero para esas tonterías. Tampoco quería quedarme todo el rato en Alcalá. Cuando descubrí La Senda del Poeta mientras pasaba por internet, lo tenía claro: compré boleto de bus para Murcia. Allí empieza la aventura.

Al llegar ni tenía mapa para saber a dónde ir. Así me gusta empezar: sólo, explorando, intentando sobrevivir todos los desafíos. Pues hasta los fallos terminan con buena memoria. Andaba por medio Murcia sin encontrar la estación de tren. Al final entraba en otro municipio y tenía que regresar para ver que realmente solo hubiera sido un camino de 15 minutos desde donde paró el bus. Eso de perder el camino me pasaría veces innumerables en este viaje, en especial durante La Senda. 

Autor al punto de iniciar la Senda del Poeta
junto a un retrato del poeta en la casa-museo.
El 30 de Junio de 2010 (a cuatro meses del centenario de Miguel Hernández), empecé el camino, partiendo desde la casa-museo de Miguel Hernández. La conservadora del museo me miraba como si fuera loco. Me informó que normalmente La Senda sólo se la hacen en días especiales y con cientos o miles de personas andando juntas. Ya sabía de eso y como no pudiera hacerlo en otro día ni tiempo del año no me quitaba el deseo de hacerlo ni mi ilusión, pero sí resultaba que mucha gente me miraba raro. Quería hacerlo en homenaje a Miguel Hernández y así no me importaban las circunstancias.

Ese camino tiene algunas partes muy bonitas como los limoneros (he aportado mis semillas de cerezas para futuros senderos, así que...) que se puede ver en muchas partes y por supuesto las sierras. Mucha de la senda es tierra campesina y te encuentra con muy buena gente por allí. Por ejemplo, había un cartero que andaba con un cuchillo partiendo un melón verde para pasarlo bien mientras hacia sus rondas. Al verme, y sin decir unas pocas palabras, me dio una parte del melón y sus deseos para una buena senda. Yo quedé boquiabierto. Esto no hace nadie en ninguna otra parte en que he estado menos España. La gente española es diferente. Es tan abierta y amable con quienes hacer los mejores amigos. Siempre me han tratado fenomenal allá, hasta la gente que ni he compartido más que cinco palabras en alguna calle. Me da tanto orgullo decir que comparto sangre con la gente española tan buena gente que es.

Las Sierras desde una larga distancia.
Orihuela, donde empecé, está ya muy lejos.
Como muestra la imagen, el paisaje de España, igual que la gente española, no tiene nada que envidiar del resto del mundo. En EEUU, te cuesta mucho encontrar lugares que no están tocados por la mano destructiva del hombre. Allí en España es otra historia. Estando en esa tierra y estando sólito pensaba en muchas cosas. Necesito tiempo como ésta me dio para recuperarme de la vida. Pasar un día andando, afuera, con un sol fuerte y la naturaleza exhibiéndose, y la paz del silencio es muy bonito. Es irónico que algo que te exige tanto esfuerzo te da aún más. Cada paso me hizo madurar.

 Cada signo del camino fue una victoria
(Afueras de Granja de Rocamora)
PERO todo aventura tiene sus desventuras y esa senda no pasó sin muchas de ellas. Perdía el camino sin saber veces innumerables, quemaba en el sol, fue atacado por moscas, recibí malas direcciones y consejos, y faltaba agua y comida. Es irónico pero razonable que tengo esas imágenes de signos de La Senda porque siempre que veía alguna indicación del camino lo celebraba como si fuera un regalo del cielo. Seguro que Miguel me miraba, pobre perdido que era,  y me echaba una mano.

Como daba homenaje a Miguel, pensaba mucho en él. Para mí, siempre será un ídolo. Me siento apóstol de Miguel porque me guía y me inspira. Da lecciones de vida como que la vida debe ser algo sencillo, lleno de pasión y repleto de amor. Ha dejado su ejemplo: ser un hombre fiel, apasionado, cariñoso y tan universal como los temas de sus poemas.

Espero que en mi vida siga los pasos de Miguel tanto que como hice en La Senda del Poeta, desde Orihuela a Alicante. Aspiro a que durante el camino de la vida pueda llegar algún día a ser un tercio del hombre que era Miguel Hernández.
Enlaces:

Estatua de Miguel en Albatera

"Conozco bien los caminos
conozco los caminantes
del mar, del fuego, del sueño
y te conozco a tí
que estás dentro de mi sangre"
-Miguel Hernández





Etiquetas: Albatera, Callosa de Segura, Centenario, Cox, Granja de Rocamora, Murcia, Orihuela, Redován,

01 diciembre 2010

Viajes hernandianos: Orihuela

La casa-museo de Miguel Hernández en Orihuela, Valencia
(foto: sacado por el autor)

Orihuela: Ciudad que le dio la luz  

Como ya estamos bajo la sombra del frío de diciembre, da diversión y alivio al espíritu pensar en lugares más tropicales. No quiero hablar de Orihuela como si fuera en Gran Canaria, pero sin embargo es una ciudad donde siempre ha brillado el sol maravillosamente cuando yo he estado en aquellas tierras. La gente oriolana también tiene su propio calor. Es una gente simple, tranquila pero también bondadosa. Su sonrisa y alegría y todo lo que es Orihuela me habita como un fuego adentro que me defiende ante los ataques constantes del viento invernal. 

Ciudad donde nació, maduró y donde sigue más luminoso la memoria del poeta. Orihuela es sinónimo de Miguel Hernández. Hasta parece que hoy en día Orihuela es Miguel Hernández. La ciudad tenía una influencia tremenda en Miguel Hernández la persona, tanto que es imposible ignorar el sello de Orihuela en Miguel Hernández y su poesía. Pero tampoco hay Orihuela sin Miguel Hernández quien ya representa más que un símbolo de la ciudad. Los dos están tan vinculados que no se puede tener el uno sin el otro: son la misma cosa. Puede ser que Miguel Hernández perviva en Orihuela porque es una ciudad que resiste y que sigue viviendo con la simplicidad y tranquilidad adentro.

 
Mural dedicado a Miguel Hernández

Allí la mayoría de las calles son estrechas y no permiten coches. Allí hay gente pobre, viviendo en casas modestas como la de la infancia de Miguel Hernández que hoy en día es museo. A unos pasos del dicho museo se puede encontrar los más pobres. Allí los chicos juegan la pelota en el adoquín o el parque central, los adultos pasean y conversan, y los ancianos se toman el aire y la vista sentados en los bancos. Hasta la parte más moderna de Orihuela no se olvida de la forma oriolana de vivir la vida. Hay una tranquilidad en el aire la cual no se puede fallar de reconocer. Las palmeras y los edificios históricos dan testimonio al ambiente natural que tiene pero no al afecto que lo hacen las sierras a la espalda de la ciudad. Puede ser la vista de las sierras o sus sombras o lo demás ya descrito, yo no soy quien para especular, pero sin duda hay algo dentro del espíritu oriolano que transmite humildad, bondad, alegría… Así fue Miguel Hernández. El único verdadero poeta del pueblo. Una persona que nunca perdió el norte de sus raíces ni su amor por la vida del pueblo.

La casa de infancia de Miguel Hernández (ver la imagen al inicio) es el corazón del hernandianismo. Allí perviva la memoria de Miguel. Su casa muestra plenamente sus raíces modestos. Te marca como tan gran persona salió de una casa así y con inicios tan humildes: los de un pastor. La parte de atrás de la casa es preciosa: 

Allí rodeados de la belleza natural del jardín y la cuadra de animales, mi hermano Grant, mi abuela y yo nos quedaron a leer unos poemas de Miguel durante nuestro viaje en coche en el verano 2009. Yo fue el encargado de dar voz a tan emotivas y triunfantes palabras como las de la poema Campesino de España.
Vencedores seremos,
porque somos titanes
sonriendo a las balas
y gritando: ¡Adelante!

Fue uno de los primeros poemas de Miguel que me tocó de forma especial y desde aquel entonces no lo puedo borrar aún si intentara. Me recuerda mucho de mi abuelo porque él también venía de raíces valencianas y modestas. En esa imagen de un campesino español también me veo yo. ¡Así me quiero retirar!

Viajar a Orihuela es obligatorio para cualquier hernandiano. Es la joya de la corona de todos los lugares que tenían importancia en la vida de Miguel Hernández. El día de hoy Orihuela está más preparado para el turismo que supone ser la ciudad de Miguel Hernández. Hay varios oficinas turísticas y muchos lugares destacados para visitar, incluso una ruta hernandiano dentro de la ciudad que recorre todos los lugares y edificios con importancia especial en la vida del poeta.

Yo que lo he visto dos veces aún siento el tirón de volver y redescubrir lo bonito que es Orihuela. ¡Seguro que vuelvo tan pronto como puedo!


Foto montaje de Orihuela
por Deán Burrier Sanchis

He tenido la suerte de haber visitado la ciudad de Orihuela en dos ocasiones. Como es una ciudad tan preciosa para el ojo, os dejó los mejores de mi colección de fotos desde mis visitas a Orihuela.

Colegio de Santo Domingo

¡Qué bonito sería tener un piso en Orihuela!

Escudo de la ciudad junto al río que parte la ciudad.
El edificio iluminado es la Catedral de Orihuela


Foto de un joven Miguel Hernández

Vista maravillosa del jardín desde la parte de atrás de la casa

Fragmento del poema Sentado sobre los muertos en la cocina.

Retrato de Miguel Hernández

"La libertad es algo
que sólo en tus entrañas
Bate como el relámpago."