05 diciembre 2010

La Senda del Poeta


"La Senda del Poeta"
Sacado en las afueras de Orihuela por el autor
El viaje más hernandiano

Hay pocas cosas en la vida que puede probar la mentalidad y fuerza de una persona como pruebas de aguante física. La Senda del Poeta como El Camino de Santiago (que hicé en 2006) eran desafíos importantes en mi vida y tienen historias importantes en mi vida. He sacado lecciones, actitudes, filosofías de vida de esas experiencias. También he aprendido mucho de mí mismo y me he reforzado por medio de ellos. Hoy con respecto al mes que he dedicado mi blog a Miguel Hernández, me toca hablar de mi andadura por La Senda del Poeta, sin lugar de dudas el viaje más hernandiano.

Venían las vacaciones después del primer mes de clases pero antes del comienzo de las nuevas en mi programa de estudios en Alcalá de Henares, pues era momento para viajar. Algunos compañeros planeaban viajes a lugares exóticos como Italia, Inglaterra, Marruecos, e Ibiza. Como había gastado toda mi pasta para estar en España por el verano estudiando, pues no tenía dinero para esas tonterías. Tampoco quería quedarme todo el rato en Alcalá. Cuando descubrí La Senda del Poeta mientras pasaba por internet, lo tenía claro: compré boleto de bus para Murcia. Allí empieza la aventura.

Al llegar ni tenía mapa para saber a dónde ir. Así me gusta empezar: sólo, explorando, intentando sobrevivir todos los desafíos. Pues hasta los fallos terminan con buena memoria. Andaba por medio Murcia sin encontrar la estación de tren. Al final entraba en otro municipio y tenía que regresar para ver que realmente solo hubiera sido un camino de 15 minutos desde donde paró el bus. Eso de perder el camino me pasaría veces innumerables en este viaje, en especial durante La Senda. 

Autor al punto de iniciar la Senda del Poeta
junto a un retrato del poeta en la casa-museo.
El 30 de Junio de 2010 (a cuatro meses del centenario de Miguel Hernández), empecé el camino, partiendo desde la casa-museo de Miguel Hernández. La conservadora del museo me miraba como si fuera loco. Me informó que normalmente La Senda sólo se la hacen en días especiales y con cientos o miles de personas andando juntas. Ya sabía de eso y como no pudiera hacerlo en otro día ni tiempo del año no me quitaba el deseo de hacerlo ni mi ilusión, pero sí resultaba que mucha gente me miraba raro. Quería hacerlo en homenaje a Miguel Hernández y así no me importaban las circunstancias.

Ese camino tiene algunas partes muy bonitas como los limoneros (he aportado mis semillas de cerezas para futuros senderos, así que...) que se puede ver en muchas partes y por supuesto las sierras. Mucha de la senda es tierra campesina y te encuentra con muy buena gente por allí. Por ejemplo, había un cartero que andaba con un cuchillo partiendo un melón verde para pasarlo bien mientras hacia sus rondas. Al verme, y sin decir unas pocas palabras, me dio una parte del melón y sus deseos para una buena senda. Yo quedé boquiabierto. Esto no hace nadie en ninguna otra parte en que he estado menos España. La gente española es diferente. Es tan abierta y amable con quienes hacer los mejores amigos. Siempre me han tratado fenomenal allá, hasta la gente que ni he compartido más que cinco palabras en alguna calle. Me da tanto orgullo decir que comparto sangre con la gente española tan buena gente que es.

Las Sierras desde una larga distancia.
Orihuela, donde empecé, está ya muy lejos.
Como muestra la imagen, el paisaje de España, igual que la gente española, no tiene nada que envidiar del resto del mundo. En EEUU, te cuesta mucho encontrar lugares que no están tocados por la mano destructiva del hombre. Allí en España es otra historia. Estando en esa tierra y estando sólito pensaba en muchas cosas. Necesito tiempo como ésta me dio para recuperarme de la vida. Pasar un día andando, afuera, con un sol fuerte y la naturaleza exhibiéndose, y la paz del silencio es muy bonito. Es irónico que algo que te exige tanto esfuerzo te da aún más. Cada paso me hizo madurar.

 Cada signo del camino fue una victoria
(Afueras de Granja de Rocamora)
PERO todo aventura tiene sus desventuras y esa senda no pasó sin muchas de ellas. Perdía el camino sin saber veces innumerables, quemaba en el sol, fue atacado por moscas, recibí malas direcciones y consejos, y faltaba agua y comida. Es irónico pero razonable que tengo esas imágenes de signos de La Senda porque siempre que veía alguna indicación del camino lo celebraba como si fuera un regalo del cielo. Seguro que Miguel me miraba, pobre perdido que era,  y me echaba una mano.

Como daba homenaje a Miguel, pensaba mucho en él. Para mí, siempre será un ídolo. Me siento apóstol de Miguel porque me guía y me inspira. Da lecciones de vida como que la vida debe ser algo sencillo, lleno de pasión y repleto de amor. Ha dejado su ejemplo: ser un hombre fiel, apasionado, cariñoso y tan universal como los temas de sus poemas.

Espero que en mi vida siga los pasos de Miguel tanto que como hice en La Senda del Poeta, desde Orihuela a Alicante. Aspiro a que durante el camino de la vida pueda llegar algún día a ser un tercio del hombre que era Miguel Hernández.
Enlaces:

Estatua de Miguel en Albatera

"Conozco bien los caminos
conozco los caminantes
del mar, del fuego, del sueño
y te conozco a tí
que estás dentro de mi sangre"
-Miguel Hernández





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