Volver a palpar tu brisa levantina
Volver a deambular por tus entrañas
Volver a encontrarme en tus carrers estrets
Volver a sentir tu esencia marinera
Volver a sintonizar con tu compás
Volver a reflejar tu color y calor
Volver a estar en mi piel
Volver a descubrir
Volver a encajar
Volver a ser
Volver a volver.
Ahora, sólo quiero...
Portada del original de vinilo del Himno del Levante U.D.
(Reproducida de la "Historia del Levante U.D." dels grans Felip Bens i José Luís Garcia Nieves)
Com a part d'aquest viatge,
aunque no como motivación principal, siempre ha sido una motivación inquieta establecer las posibilidades de que alguno de mis ancestros fuera del Levante o tuviera vínculo de alguna forma con el Levante Unión Deportiva. Como bien es sabido para quien haya pasado por este blog en algún momento en los últimos 9 años, hasta los espías rusos, Да вам тоже, reconocerá que el Levante es la herencia más importante que he recuperado en este viaje de autodescubrimiento y recuperación de memoria histórica. Fue la entidad unificadora que me permitió indagar muchísimo más en mi búsqueda y mi árbol genealógico gracias a la ayuda de mis padrinos, tan fieles levantinistas, Joan Bosch i Rosa María Alcaina. Ha sido desde los inicios y seguirá siendo un tema vital en estos estudios y este blog.
El cuadro negro, la casa de los Sanchis Amades en El Cabanyal,
y marcado con "A" el campo del Levante U.D.
Evidentemente, me enorgullece la mera idea hipotética de esta vertiente investigativa. Bien es cierto que me seguirá interesando por el resto de mi vida, por muy complicado que sean nuevos avances. Como en su día, aunque totalmente conjetura, escribí felizmente sobre la posibilidad de que mi abuelo pudo haber visto a Los Invencibles, aquellos míticos futbolistas del Levante FC que fueron auténticas leyendas del fútbol base. Es de pensar que un joven que vivía a escasos cuadros del viejo campo "La Plageta", pudo haberse pasado por allí como escribí hace justo 6 años. Hoy he llegado a algo más firme y simbólico. Si bien hace escasos días recordamos a Rafael Alcaina (se cumplieron 25 años de su fallecimiento el pasado 26 de octubre)y un símbolo importante del levantinismo, su bandera y estandarte, no esperaba encontrar una conexión familiar en otro símbolo, el himno.
Arriba: Himno del Levante U.D. (Audio)
Abajo: Retrato de Pascual García Miquel
en la portada del Himno del Levante U.D.
El Levante U.D., fruto de la gran vitalidad cultural y musical de los poblados marítimos, posee uno de los himnos más antiguos del fútbol español. Si bien hay un Sanchis, José precisamente, que firma la letra tan entrañable del himno, no van los tiros por allí, ya que no tengo constancia de alguna conexión familiar, pese al apellido compartido.
De este Sanchis viene la idea inicial de crear un himno para el decano del fútbol valenciano, después de una visita a Bilbao. A partir de allí se involucren varios profesionales. Antonio Ramón Sancho y el poeta Joaquín Sendra ayudan a Sanchis a componer la letra allá por el año 1953. Mientras tanto, Juan Miguel Olcina Bertomeu y Pascual García Miquel se encargan de componer y grabar la música acompañante y tan emblemática.
Cabe recordar el papel importante que tuvo el himno como muestra del apoyo social del club. El himno nació en un momento muy complicado para el Levante, una vez más puesto en apuros para sobrevivir: "Vallejo estaba bajo amenaza de embargo y el Llevant corría riesgo de desaparecer. Pero las filas estaban más prietas que nunca" (Tomo III, p.357, Bens i García Nieves) Pascual García Miquel era por entonces el director del Ateneo Musical del Puerto, puesto que mantendría entre 1948-1958. En esta misma época, llegaría a firmar otra composición además del himno, componiendo así un paso-doble llamado "El Hombre Bueno" dedicado a Vicente Amades Alabau, mi tío-bisabuelo y un incansable fanático de la música en El Cabanyal del que aquí en el blog se ha escrito mucho:
Este pasodoble se suma al pasodoble de Jaime Teixidor, "Amades Alabau" y será un nuevo tema musical por el que indagar para recuperar su partitura. Supone un nuevo tesoro a sumar y disfrutar en la memoria familiar.
Así es que uno de los compositores del Himno del Levante, también dedicó una composición a mi tío bisabuelo.
Así es que uno de los mismos compositores del Himno del Levante U.D. también dedicó una composición a un símbolo de la familia Amades. Lo cierto es que no debe extrañar porque Vicente rondaba los centros de levantinismo en El Cabanyal. La banda que Vicente fundó (La Unió de Pescadors) compartía su sede, El Casinet, con una peña del Levante. Fins i tot, quedo en dos grados de separación por ahora entre los Sanchis Amades y el Levante Unión Deportiva. Al menos a nivel histórico porque la separación entre mí y el Levante es nula. Es más, en esta época de oro con Paco López es simplemente imposible no verse reflejado íntegramente en este Levante, este técnico y este equipo que firman una época de euforia absoluta para el levantinismo. Seguiremos siendo levantinistas, sin ninguna separación más allá de estos 6.000 kilómetros que al final son un espejismo.
"Él quería estar más cerca del agua... por eso fuimos. No sé si se planteaba cruzar el Atlántico para volver a su país pero imagino que le atraía."
-Mi abuela,
explicándome una etapa desconocida de su matrimonio con mi abuelo
¿El Cabanyal de Nueva York?
Cuando una persona tiene los raíces en dos sitios, el corazón dividido y la mente muchas veces en otra parte, es imposible no hacer comparaciones entre dos amores, dos orillas. Te da un aliento buscar similitudes y pensar que algo te recuerda del otro lado. Como mi abuelo, parece que estoy destinado a vivir entre dos orillas, entre Ohio y El Cabanyal y, por lo tanto, no puedo evitar hacer comparaciones. Imagino que sería lo mismo para mi abuelo. Mi abuelo, que tuvo que abondar su Cabanyal de niñez, podría haber encontrado su par al otro lado del charco, en City Island (La isla de la ciudad) un barrio de Bronkx, Nueva York.
Mi abuela tomando las riendas, con mi abuelo atento
Memoria Recuperada
En unas conversaciones recientes con mi abuela Ruth, pudimos juntos recordar un pasado lejano en los primeros años de su matrimonio con mi abuelo Vicente Sanchis Amades. Entramos en una vía de información nueva sobre mi abuelo. Apenas habíamos hablado de aquella estancia algo rara e inexplicada, cuando mis abuelos, recién casados, decidieron comprar un barco y desembarcar desde Cleveland, Ohio hacia el este de Estados Unidos, precisamente a Nueva York y Connecticut. Intenté con mis preguntas ayudarle a recordar aquellos años y su memoria no falló.
"Él quería estar cerca del agua. Por eso nos fuimos." Así de claro me lo explica mi abuela. Sus memorias esporádicas pintan una escena de una vida feliz y a la vez estresante.
Con el barco, el "Ripple III", partieron desde Cleveland rumbo a Nueva York. Tardaron casi un mes en llegar. Una vez allí, me parece que se establecieron en Bridgeport, aunque es difícil de saber porque parece que vivieron en el barco durante etapas en esta estancia en la región de Nueva Inglaterra. Lo cierto es que hay tres sitios que destacan en esta etapa: City Island, Bridgeport y Stamford.
City Island al suroeste (hacia Manhattan), Stamford donde encontré un domicilio en un registro local y Bridgeport de donde se acuerda mi abuela como el sitio donde residían.
City Island
City Island en la época de los 50
Todo indica que las experiencias de mi abuelo con el mar y los barcos, parte de sus genes cabanyaleras sin duda alguna, no terminaron con su llegada a Nueva York sobre el Cabo Espartel II el 5 de marzo de 1923. Veintitrés años después de su llegada, se casó con mi abuela en Cleveland en marzo de 1946. Pasados dos años, el Ripple III figura en el censo de barcos mercantiles de los Estados Unidos al lado de su dueño y capitán Vincent Arlen (alias de mi abuelo en EE.UU.). Sería entonces cuando se van a Nueva York
Por su condición de marinero cabanyalero, mi abuelo pronto destaca y coge un cargo alto en el club marítimo el "Stuyvesant Yatcht Club", uno de las organizaciones de marineros más antiguas y prestigiosas de Nueva York (su historia data a los años 1880). Estoy a la espera de confirmar esta historia con alguna comunicación oficial por parte del Stuyvesant pero afirma mi abuela que Vicente estuvo "a cargo" del club, como dirigente o director. El Stuyvesant es sinónimo de City Island.
El Cabanyal
La Isla de la Ciudad tiene sus similitudes con El Cabanyal de Valencia. La isla, al extremo sur del barrio de los Bronx, solamente se conecta con la ciudad por un único acceso, una puente al norte. Desconectado de la ciudad física y culturalmente, defiende otro estilo de vida, más tranquila. Además, City Island se conoce por su tradición marinera.
Es curioso, City Island también está viviendo un proceso de reconocimiento cultural y artístico, al igual que El Cabanyal. City Island tiene su propia película con Andy García interpretando el rol, curiosamente, de "Vicente", un city-islandero.
Una foto de la parte trasera del Ripple III
"Para el marinero, el mar
Para el pescador, la pesca.
Para el introspectivo, la introspección."
Cita de otra película "Love is all there is" cuya rodaje se realizó en City Island en Nueva York
El Connecticut de los Valencianos
En mis investigaciones encontré una histórica población de españoles, y sobre todo valencianos, en el estado pequeño de Connecticut donde se encuentra las otras dos ciudades de interés en esta historia, Bridgeport y Stamford. Se ha llegado a decir algunos que Connecticut es el estado más valenciano de Estados Unidos. Hoy en día hay un grupo formado, y apoyado por el gobierno valenciano, para los antecedentes de ese grupo de inmigrantes. El grupo se llama la "Spanish-American Cultural Club" o simplemente "Casa Valencia España" y se empeña en expresar la cultura valenciana allá en Connecticut. Establecido en los 30 cuando un grupo de valencianos, sobre todo alicantinos, emigra a esta zona.
Mi abuela se acuerda de Bridgeport y he podido encontrar que tenían registrado un apartamento en Stamford en los años 1949 y 1950. Son años felices y estresantes para el matrimonio. Mi abuela se acuerda de cenas de pizza (la pizza empezó a ganar su sitio en la cocina americana, es la primera vez que la come mi abuela) con un grupo de españoles (posiblemente valencianos) en un bar y que todos se pusieron de pie para pegar un grito, no determinado, en español. Vicente trabajaba con los barcos y en el Stuyvesant y Ruth trabajaba en una pastelería. Cuando había reunión de la Stuyvesant, Ruth haría unas tartas para degustar. Más de sesenta años más tarde, mi abuela aún recuerda estas cosas y afirma que fue la época en la que más amigos tenían y que eran inmigrantes también en su mayoría. Sin duda, uno supondría que eran un grupo de valencianos también.
El Ripple III atasca en unas rocas debido a un corriente de mar
Mi abuela puso fin a la época en Connecticut/Nueva York citando dos razones: un episodio traumático donde el Ripple III se atascó y luego que el barco empezó a verse convertido en un pequeño burdel. Comenta que empezaron a alquilar cuartos del barco para ganar dinero y algunos hombre empezaron a venir con otras mujeres que no eran las suyas. Enfadada, mi abuela Ruth le dejó a Vicente en Connecticut y volvió a Cleveland. Vicente decide seguirle y vende el barco, dejando atrás una aventura cabanyalera.
En busca de El Cabanyal en Nueva York
A mí me queda claro que mi abuelo, nostálgico por su Cabanyal, quiso acercarse un poco más a ello y a la vez encontrar un sitio similar en esta zona. Tendría que tener constancia de la colonia de valencianos allá en Connecticut. Con casi toda seguridad fue bastante calculada esta decisión de comprar un barco y irse al este. Puedo simpatizar con su maniobra. Creo que fue su forma de recuperar su identidad marinera. Si es cierto que formó parte de un grupo de valencianos en el extranjero allí, sería significaría recuperar la cultura valenciana. Aunque "recuperar" no sea la mejor palabra para describir lo que siempre tuvo adentro, encerrado, pero vivo.
A la izquierda: Imagen de la casa de mis ancestros (Fuente: Julio Cob, "Zona del Marítimo")
Ala derecha: Foto de mi última visita cuando pude visitar la casa tanto por fuera como por dentro.
Una vista atrás:
La casa de mis ancestros en los 20
Hace poco recibí un mensaje de un amigo cabanyalero, Felip Bens, sobre un blog "Zona del Marítimo" de Julio Cob. Felip sabía que sería de mucho interés para mí y también me apuntó que había visto una foto de la casa de mis ancestros. Encontré la foto en el blog en poco tiempo y no tuve dudas. La casa, que tuve el placer de visitar hace un año, tiene una ubicación muy reconocible ya que se encuentra en la esquina que hace el Carrer de los Pescadors con Dr. Lluch.
Imagen de la Virgen en mi apartamento en Iowa
El Sr. Cob tiene un gran blog y una colección de fotos envidiable, fotos que demuestran la vibra, vida, cultura e historia de la zona marítima. De veras, el blog merece que le echamos un vistazo. Yo además de encontrar esa foto de la vieja casa de mi abuelo y mi bisabuela, que el Sr. Cob calcula que sería de los 20 o los 30 por los vestidos de las mujeres, encontré algunas fotos más que son realmente preciosas. Comparto una de estas que tiene una vinculación especial a mis ancestros cabanyaleros.
Como ya descubrí hace unos meses, gracias a la ayuda de Rafa Grilles Izquierdo, mis ancestros eran seguramente fieles de la Virgen de los Dolores. Vivían en la calle Tromoyeres donde tuvo y tiene su sede la Corporación de Granaderos de la Viergen de los Dolores. Otra prueba innegable son los nombres de mi madre, Gloria Dolores, un claro homenaje a la Virgen de los Dolores.
En su blog, el Sr. Cob guarda una foto preciosa del año 1925 en lo cual se aprecian los vestidos de los Granaderos y también a la Virgen y, quien sabe, tal vez a un ancestro mío. Mi amigo Rafa actualmente forma parte de este grupo y acaba de servir como Granadero en la Semana Santa que se acaba de celebrar en el marítimo.
1925 - Semana Santa Marinera
"Corporación de Granaderos del Cabanyal con la Virgen de Los Dolores
a su paso por la calle Escalante"
En esa historia en dos partes toca revelar las novedades importantes en mis investigaciones sobre mi abuelo, Vicente Sanchis Amades, desde que volví de El Cabanyal con muchísimas ganas de descubrir las raíces ohionesas de mi iaio...
Un viaje de ida y vuelta
En 2011, José Lluis García Nieves, gran levantinista, periodista y amigo, escribió un artículo sobre mi historia personal y mis investigaciones titulado "De Ohio al Cabanyal" en el Levante-EMV. Me encantó el título. Resumía a la perfección la trayectoria que yo había vivido en busca de mi abuelo. Había descubierto el viejo barrio de mi abuelo desde el otro lado del charco en Ohio. Hoy toca hablar sobre el trayecto inverso, el viaje que emprendió mi abuelo en 1923 un viaje maravilloso que yo nunca esperaba y que, precisamente, a mí me ha tocado vivir desde mi última visita a Valencia "Del Cabanyal a Ohio". Como dije en mi última entrada, "El 5 de marzo de 1923", mucha veces me toca a mí recorrer los pasos de mi abuelo en la dirección inversa de lo que hizo él, pero en este caso he salido de nuestro Cabanyal, como mi abuelo antes, a conocer más en profundidad su próxima etapa, su etapa ohionesa.
Sigo con mis investigaciones, sin realmente tener una meta final más allá de seguir y continuar recuperando la memoria de mi abuelo valenciano que lamento profundamente no haber conocido personalmente en esta vida. Va cayendo del cielo la recompensa para todos mis esfuerzos.
"Pero... ¿Por qué sigues investigando? ¿Qué buscas?" me pregunta mi novia con insistencia al escuchar el enésimo dato nuevo y relativamente insignificante sobre mis ancestros. Le respondo como puedo. Es difícil explicarle a una persona un sentimiento, un anhelo ilógico que uno lleva por dentro, el deseo imparable por conseguir algo que no sabes muy bien lo que es. La mujer de mi corazón y la persona más cercana a mí en esta vida, mi novia, dudaba."Si es que ya tienes la nacionalidad española, ¿Qué buscas?"Pero nunca fue eso. Sí, es cierto que recuperar la nacionalidad española fue un motivo importante, algo que yo podía hacer por mi abuelo y mis ancestros, un homenaje en su memoria. Pero esa búsqueda en la que sigo estando siempre perseguía mucho más que eso.
Desde las primeras palabras escritas en este blog,buscaba mi abuelo y quería descubrir quién soy. Si yo pudiera elegir el último capítulo de esta historia, sería encontrar a mi abuelo vivo y sentar a tomar un café con él, charlar de su vida, de todo lo que vio, del Cabanyal, del mar, del viento, del sufrimiento, de la guerra, del campo de concentración, de la poesía, del Levante, de la vida, de Ohio, de ser pescador y marinero, del todo. A día de hoy puedo decir que estoy más cerca de mi iaio que nunca. Cada día doy un pasito más hacia él, hacia quien fue, hacia quien soy.
Así es que he seguido con mis investigaciones con un interés que aumenta cada día. Recopilando y investigando datos aparentemente insignificantes, analizando fechas y formulando teorías para rellenar las etapas donde no hay fechas o bien hay contrastes en los hechos documentados. Estaba muy metidoen esa búsqueda en la oscuridad, a veces sin dirección, cuando mi abuelo bajó a guiarme la mente hacia donde él quería, precisamente hacia donde él estaba.
Aproveché los recursos de una biblioteca pública aquí en Iowa en varias ocasiones pero el gran descubrimiento ocurrió en mi apartamento un viernes por la noche este pasado enero. Decidí seguir la pista de la última esposa de mi abuelo, ya que él se casó de nuevo cuando se divorciaron mis abuelos en 1964. Es un camino que había perseguido antes en varias ocasiones durante los últimos seis años. Ella murió en 2004 y siempre vi como mis intentos de descubrir algo acerca de ella se frustraban. Ni con su nombre original pude encontrar algo antes de aquella noche mágica en enero. Aquella noche me salió un censo del año 1940. Parecía imposible pero allí estuvo: tenía una hermana menor. Hice los cálculos y decidí que era posible que aún estaba viva. Tendría unos 85 años.
Mis primeros intentos de encontrarla fallaron. Sólo tuve su apellido fraternal y si se casó, lo habría cambiado sin volver a usar su original como es el costumbre en este país. Hice búsquedas en la web y no me salió nada. No me desanimé, al contrario, me animaba porque no encontré ningún obituario suyo. Dentro de unas horas encontré otro obituario, no el suyo, que me daría la pista definitiva. Se casó, esa hermana de la esposa de mi abuelo, y al fallecer su marido, incluyeron el apellido original de ella junto con el apellido de su marido. Ya lo tenía claro porque además el obituario era reciente (2011) y afirmaba que le sobrevivía.
Dentro de nada encontré su domicilio y su número de teléfono. Allí me entraron las dudas. ¿Cómo explicar la emoción que sentía en aquel momento, lo que todo esto significa para mí? ¿Cómo expresarme bien? A caso ella ni siquiera iba a querer hablar conmigo ni ayudarme. Sabía que mi familia y su hermana no se llevaban tan bien como era de esperar. Inicialmente, era como conducir por primera vez. Descubres algo con mucha alegría e ilusión, y al final te mueres de miedo de ponerlo en moción. Sabía que podría ser el paso definitivo en conocerle a mi abuelo.
La foto de la boda de mis padres con mi abuelo y su esposa
Redacté y edité con mucha precaución una carta de una página. Intenté dejar patente mi fascinación con mi abuelo y mis deseos de aprender más y entrevistarle. Y decidí incluir una foto de mi abuelo y su hermana en la boda de mis padres (a la derecha). Era una foto que seguramente nunca la había visto.
Sellé el sobre y lo puse en el cajón de correos y empecé a contar atrás con mucha ansiedad los días. Ya sabía de memoria después de enviar tantas cosas de aquí a Ohio, que serían cuatro días fijos de trayecto desde Iowa a Ohio para el sobre y cuatro días más para que llegara una hipotética respuesta. Sabiendo que no traen correo los domingos, serían básicamente dos semanas. Era una espera inagotable. Estuve sumando no sólo los días sino también las horas desde la llegada estimada de la carta. Pero no llegaba la respuesta. Incluso, empecé a aceptar que no querían hablar conmigo, a contar los muchos logros de los que he disfrutado en mis investigaciones y dar por pérdida esa batalla, a perseguir otra. Pero el caso no terminaría así.
Three animated shorts about El Cabanyal, my grandfather's neighborhood in Valencia, Spain and its preservation #SaveEl Cabanyal
Tres anuncios de cortometraje y animación sobre El Cabanyal y su preservación #SalvemElCabanyal
Almenys podem riure perquè si no hem de plorar pel Cabanyal.
Episodi del programa de televisió de LlevantTV, "Veiueu-ho".
En esa carrera acojonante, vestit de Rita, Xavi Castillo pasa por el "Carrer dels Pescadors" y aparece cruzando la esquina que hace el Carrer con la calle Dr. Lluch, justo al lado de la que era la casa de mi abuelo y su familia.
En la foto a la izquierda, la barraca justo al otro lado del hombro izquierdo de Xavi es la vieja casa de mis ancestros. Un detalle que me ha gustado además del gran sentido de humor que tiene este crack.
Va por ti abuelo.
Cada día me siento más cerca de ti.
Ojalá pudiera haberte conocido.
Gracias por hacerme conocer de cerca a tu país, a tu gente y tu Levante. Los siento igualmente míos.
D.B.S.
El progreso del trabajo a lo largo de los últimos tres meses
Para sacar a la luz la memoria de Ramona Amades Alabau
Nacida el 14 de diciembre de 1881
Muere el 22 de enero de 1972
La Dolorosa del Cabanyal Foto: Rafa Grilles Izquierdo
Som el coratge de seguir
Es posible que mi bisabuela Ramona no quisiera ser recordada tan sólo por su sufrimiento en su vida terrenal.Seguramente no definiría a su vida como una serie de tristezas profundas o, tal vez, en su corazón tan religiosa era de esperar, el sufrimiento terrenal era de esperar, tan sólo una parte de una historia más gloriosa. Sin embargo, sólo puedo reconstruir su vida de los hilos que permanecen. Estos rasgos de la vida de Ramona Amades Alabau indican una vida repleta de dificultades, de dolor y de penas. Estos hilos siembran la imagen de una mujer que vivió con coratge...
La primera semana de mi nueva aventura en España ha llegado a su fin. Fue una semana frenética, llena de oportunidades, reuniones especiales, alegrías e ilusiones. Ocurrieron tantas cosas que resultará difícil resumir todo lo que ha pasado en esta entrada. Sin embargo, no tengo duda alguna de que ésta ha sido la mejor semana de mi vida.
Primera vez en el Ciutat de València
Esperé hasta después del partido ante el Espanyol para contarlo todo en el blog porque tenía mis supersticiones. Incluso sin aquella victoria tan especial habría sido la mejor semana de mi vida... Pero imagina cuánto más dulce aun fue la culminación de la semana con presencia en las victorias en Cornellà y en el Nazaret (con el Levante Femenino). Los dos partidos terminaron con una éxtasis granota con dos goles que nos dieron dos victorias en los instantes finales de dos partidos muy sufridos en la grada. Ahora, toca repasar con recuerdos y fotos la semana, que hasta este punto de mi vida, es la mejor semana que he vivido, una semana en la que no he podido despertarme de los sueños (porque los estaba viviendo) y una semana en la que apenas he podido dormir (por las emociones y alegrías tan intensas).
Volver al Cabanyal
En esta semana, llegué a estar justo en frente de la vieja casa de mi abuelo en el Cabanyal (Día que he resumido en una entrada aparte: "Hoy mi abuelo ha estado más vivo que nunca"). En la esquina que hace la Calle Dr. Lluch con la Calle de los Pescadors se encuentra la vieja casa cabanyalera de mi abuelo, Vicente Sanchis Amades. Casi todos los días, de memoria creo que sólo falta el día en Barcelona, fui andando por el barrio marinero, el barrio de mi iaio. Produce sensaciones extrañas estar allí en frente de su casa. En Julio de 2010, en mi primer paso por El Cabanyal, estuve en la tranvía que pasa directamente en frente de la casa de mi abuelo, sin saber que estaba justo en frente de la vieja casa de mi abuelo, sin saber que en apenas unos años llegaría a solucionar en gran parte la vida de mi abuelo que tantas confusiones y frustraciones me había producido. Todavía no lo puedo creer.
El bautismo granota ante el Rayo
Con el capitán Sergio "Papa" Ballesteros
El domingo 19 de febrero de 2012 empezaba con los nervios. No logré dormir en toda la noche ni con todo el cansancio que tenía después de sufrir en el vuelo el mareo ni después de estar unas 48 horas sin dormir. Estaba pensando en mi primer partido en el Ciutat y no podía parar mi cabeza de pensar en todo lo que he vivido en estos 5 años. Al final, tiré la toalla a las 8 de la mañana con el sol ya puesto. Tenía su fortuna porque me levanté a una hora ideal para despedir los jugadores convocados por JIM en su camino al hotel de concentración. Allí conocí a todos mis ídolos, sobre todo mi jugador favorito, Rafa Jordà.
Grada Central con mi familia valenciana
Parecía que era el momento perfecto para acabar con la mala racha que estaba llevando el Levante U.D. ante la visita del Rayo Vallecano. Llevábamos unos meses sin una victoria en La Liga y parecía el momento ideal para cambiar la dinámica. Era mi primer partido en la grada del Ciutat de València y, a pesar del resultado tan decepcionante que llevábamos a casa, estaba contento. Era maravilloso incorporarme a la grada levantinista, conocer a los levantinistas y presenciar un partido de mi Levante UD, descendiente del Levante FC que seguramente mi abuelo había visto jugar en el viejo campo de La Plageta.
Obviamente estaba dolido por la derrota pero las derrotas, sufrimiento y, sobre todo, las adversidades también son parte del levantinismo, y tarde o temprano tendría que presenciar en vivo una derrota dolorosa. Algunos levantinistas me explicaron que la derrota era mi bautismo granota. Para definir la experiencia, me quedo con las palabras alentadoras de José Luis García Nieves:
"Cruzarte medio mundo para acabar perdiendo 3-5 es muy del Llevant"
-José Luis García Nieves
La agenda con el Levante U.D.
El club me recibió de una forma muy especial, facilitándome acceso a las instalaciones y empleados del club para lanzar mi formación como entrenador de fútbol, una aspiración mía desde que empecé mi propio equipo de fútbol universitario en los Estados Unidos el pasado agosto. El Levante, principalmente Héctor Conesa, me hizo un programa para ver entrenamientos y tener charlas con miembros importantes de la organigrama del club.
Al final he disfrutado de sesiones con Joseda (Analista deportiva), David Salavert (Director de las categorías inferiores), Emilio Nadal, Estanis (Preparador físico), Andrés Garcerá (Delegado del club) y unas charlas muy especiales con Juan Ignacio Martínez (actual técnico del Levante) y Quico Catalán (Presidente del Levante). Me han servido mucho para iniciar mi formación como entrenador de fútbol y han contribuido de forma importante a que esta semana fuera tan impresionante y tan memorable.
La salida de Rafa Jordà
Tenía el honor de conocer y hablar en varias ocasiones con Rafa Jordà esta semana, mi jugador preferido en el Levante desde que me hice aficionado del club y un jugador que tenía un papel importante en mi historia personal y en hacerla llegar al mundo levantinista. Está claro que lamentaba mucho su salida del Levante y que tuvo que tomar lugar precisamente en esta semana tan especial para mí. Resulta que mi primera semana en el Levante ha sido la última en el Levante de Rafa Jordà.
Con el paso de los días, tengo otro punto de vista. Me alegro de que haya tenido la oportunidad de conocerle antes de que fuera a China y de transmitirle en propia persona mi agradecimiento por todo lo que hizo por y para el Levante y mí. Ahora, tendré la oportunidad de verle jugar y disfrutar del fútbol de nuevo en el Guizhou Renhe. ¡Que toda la suerte del mundo te acompañe, Rafa, y que veas recompensado tu trabajo, entrega y coraje en el terreno de juego!
Los encuentros levantinistas
La semana también produjo muchos encuentros levantinistas muy especiales...
Deleitando con la música de Lliure
En el programa de la 97.7 "Sin Tregua"
Estuve presente para una reunión de la Delegación de Peñas Levantinistas. Es la primera vez que fue representado la peña estadounidense, la que fundé yo en julio/agosto del año pasado. Lamento, como las representantes presentes, el trato policial que estamos recibiendo en el Ciutat que se podía percibir en el recibimiento antes del partido ante el Rayo con el ambiente tan extraño que hubo y con el miedo que sentía yo al intentar acercarme al autobús, rodeado de policías, del equipo para comunicarles a los jugadores mis ánimos antes del partido.
Desde luego disfruté mucho de una comida muy, muy, muy levantinista con historiadores y escritores ilustres Felip Bens y José Luis García Nieves, y con el cantautor Xavier "Lliure" Copado. Era uno de estos momentos, como muchos más que viví esta semana, cuando esperas que nunca tuvieran su fin.
Todos los días he disfrutado de encuentros levantinistas con mis padrinos, con Manolo Lopez y su familia, con Sin Tregua (el mejor programa de radio en el mundo) y con levantinistas en las calles o en el estadio. Me han llenado todos estos encuentros. Imagina lo contento que estoy de por fin compartir el Levante con vosotros en persona y poder conversar sobre todo y vivir el Levante a vuestro lado.
La primavera valenciana Que esta semana ha sido la mejor de mi vida no quiere decir que no ha tenido sus momentos tristes. La primera que me viene a la cabeza ha sido la brutalidad policial a los estudiantes y la llamada "primavera valenciana". Ha sido alucinante lo acontecido y la negación de algunos medios de comunicación a presentar la realidad que se está viviendo en las calles en Valencia.
La conquista de Cornellà
Se está alargando mucho esta entrada. Por eso, y por lo mucho que habrá que comentar y documentar de este momento tan importante y, a la vez, tan dulce, voy a escribir en los próximos días una entrada aparte para recordar la conquista de Cornellà por el Levante, que supuso el postre final de la mejor semana de mi vida y que hizo que puedo decir que he saboreado en propia persona no sólo la decepción del Rayo sino también la extasis de Cornellà, en otras palabras: la pura esencia de lo que es el levantinismo. En estos momentos, sólo puedo comunicar la tremenda felicidad que sigo sintiendo por la victoria levantinista en la noche.
También debería de promocionar los artículos que he escrito (en inglés) para ForzaFútbol, un sitio web estadounidense obsesionado con contar y analizar todo con el fútbol español. Estoy muy orgulloso de poder informar sobre el Levante U.D. en esta web. Aquí los enlaces para las crónicas que he hecho hasta ahora...
Aunque tocará en el futuro cercano hacer agradecimientos más formales, quiero aprovechar la conclusión de esta entrada para dar las gracias a todas las personas que eran protagonistas en esta semana tan especial en mi vida. Me habéis dado tantas alegrías y ánimos para cargar en mi maleta mental en la inevitable vuelta a Chicago que haré por la mañana de mi cumpleaños, el 5 de marzo. A todos vosotros, mi más sincero y sentido agradecimiento.
A mis padrinos... seguís facilitándome todo cada día para aprovechar esta experiencia y disfrutar al máximo y seguimos disfrutando y riendo cada día más. Todo mi agradecimiento a vosotros.
Enlaces de los medios de comunicación con motivo de mi visita:
Palabras de mi padrino hace muy poco y palabras que resumen muy bien lo que ha sido el día de hoy y, además, un buen resumen de lo que ha pasado con mis investigaciones de mi abuelo a lo largo de estos más de cinco años. De alguna manera, mis investigaciones han resucitado, desenterrado a mi abuelo. Para mí y mi familia, era un desconocido, casi un extraño. Pero mis investigaciones y sobre todo este viaje le van sacando a la luz, al conocimiento mío y a la vez al conocimiento de mi madre, mi abuela y mi familia en general. Hoy, obviamente, ha sido un día especial, ha sido el día que más cerca he estado a mi abuelo.
Delante de la vieja casa de mi abuelo
Hoy he estado por El Cabanyal, el viejo barrio de mi abuelo. Recorrí algunos de los pasos que hice en el verano de 2010 pero está vez llegué más cercano incluso, hasta la vieja casa donde vivía mi abuelo y su familia. Allí está en la esquina que hace la calle Dr. Lluch con la Calle de Pescadors. Me acuerdo de haber estado en la tranvia (cuya pista puedes ver en la foto de arriba, al lado de la calle) que sale directamente en frente de la casa de mi abuelo. En aquella ocasión, volvía al centro después de pasar la tarde en la playa del Cabanyal y seguramente estaba pensando en mis investigaciones, deleitando en el hecho de que había localizado al barrio de mi abuelo pero seguramente decepcionado por haber llegado tan cerca físicamente y seguir estando tan lejos del conocimiento de mi abuelo.
Hoy ha sido muy distinto. Anduve por el barrio de mi abuelo con mi padrino Joan y su hijo Sergi y paremos un buen rato en frente de la vieja casa de mi abuelo. Joan me narraba la historia del Cabanyal, ayudado en momentos por Sergi, y fue increíble.
Esta noche, mientras cenábamos, comentamos que de alguna forma las personas que ya no están, perviven en nosotros y en nuestras memorias. De alguna forma, en este blog y en mis investigaciones y este blog, vamos sacando del olvido y de la muerte a mi abuelo.
Mañana será otra ocasión. Iré al Ciutat, a ver jugar a mi Levante, al Levante de mi abuelo y de mis padrinos. Será mi primer partido en carne viva del Levante, ese Levante que también vio jugar mi abuelo. De esto estoy convencido ya. La Plageta, el viejo campo del Levante estaba justo en frente de su casa. Y para los que a lo mejor no saben lo que significaba, y significa, el Levante en El Cabanyal (aun en la época de mi abuelo), que vean esta imagen, que por cierto está a la vuelta de la esquina de la vieja casa de mi abuelo...
¡SALVEM EL CABANYAL!
I el Llevant en Champions (al menos mientras siga allí por favor)...
A veces la gente se interesa por cómo el Levante puede tener una hincha en los Estados Unidos. Resulta curioso que un club que contaba con menos de 12,000 abonos durante la campaña pasada llegara tan lejos. Yo creo que es por eso que algunas personas se interesan por mi historia personal o tienen dudas sobre cómo me hizo granota. Claro, soy el granota más descarriado, incluso los que son de otras comunidades en España, o hasta los que siguen el Levante desde Ecuador por las actuaciones de Felipao. Aquí estoy yo en la mitad de un país que no tiene conexiones con el Levante ni ha aportado ningún jugador al Levante en toda su historia. Pues, ¿cómo es que hay un granota en esa parte del ancho mundo? Aunque es difícil explicar un sentimiento, voy a intentar explicarlo en cuánto puedo.
Mi historia personal de levantinismo empieza en el otoño de 2006 cuando regresé de mi primer viaje a España. Hice un viaje con estudiantes universitarios, aunque en aquel entonces yo todavía estaba en el instituto. España me encantó. Cuando estaba allí, sentí algo especial por la gente, el país y, por supuesto, por su selección, que me decantó por primera vez a apreciar el fútbol, deporte menospreciado en EE.UU., durante el mundial de aquel año. Cuando mi madre me veía tan interesado e ilusionado con aprender el español y todo que tenía que ver con España después de este viaje, me dijo que si sentía así fue por algo: mi abuelo, su padre, era español, de Valencia.
No sé si me había informado de esto antes y no me había importado, pero esta noticia para mí verificaba todo lo que sentía en aquellos momentos: una conexión muy fuerte con España. Un poco más tarde me enteró de que existía la posibilidad de la ciudadanía bajo la Ley de Memoria Histórica, dado que mi abuelo, Vicente Sanchis Amades (también lo he visto como Sánchez y Sánches), era un soldado republicano que huyó después de la Guerra Civil Española y yo, como su nieto, tenía ese derecho de optar a la nacionalidad española bajo esta ley. Pensar en esta posibilidad me hizo tanta ilusión que me puse a trabajar e investigar en todo lo que podía la vida de mi abuelo.
Este trabajo dejó sus frutas, aunque nunca he recibido la ciudadanía española porque no he podido probar la españolidad de mi abuelo mediante un documento oficial español como un certificado de nacimiento (una tarea difícil: nació en 1906) a pesar de que he intentado muchas veces solicitar algo desde el Cónsul Español en Chicago y mediante la web de la Ley de Memoria Histórica. Las frutas se ven en la cantidad de información que tengo ya sobre mi abuelo y mi conocimiento de los raíces que me han acercado al Levante, fruta más dulce de todas. He podido saber que mi abuelo y mis raíces valencianos son del barrio de El Cabanyal en Valencia como prueba un documento desde su tiempo en el ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial.
En Julio de 2010, durante otra estancia en España, visité por primera vez a El Cabanyal y me quedé tan enamorado del barrio, me sentía unido a la lucha por su preservación y, en general, me quedaba tan impresionado por la experiencia de estar allí, el lugar dónde vivían mis ancestros. Nunca lo olvidaré. Unos días más tarde, estuve en Alcalá de Henares, donde estaba estudiando durante aquel verano, y encontré el anuncio para la campaña de abonos del Levante en un sitio web español. Aunque había oído del Levante, realmente no lo conocía antes de este vídeo.
Me identificaba con todo lo que decían en el anuncio, sobre todo por poetizar y alzar las virtudes de la humildad y el esfuerzo incondicional, unas virtudes que me enseñaron mi abuela y mi madre, y también mi equipo de toda la vida en mi tierra: la sección de baloncesto en la universidad de Kent State que está a un paseo de mi casa en Ohio.
El MAC Center, igual que el Ciutat, es "pequeño" pero con mucho ambiente en la grada.
Mi mamá me ha contado que yo asistía a partidos de Kent State cuando aún estaba en la cuna. Kent State es muy parecido al Levante: somos los pequeños gladiadores que dan guerra a los equipos de élite, y aunque a veces triunfamos, nunca abandonamos nuestra humildad. Kent State, como el Levante, no aspira a ganar títulos nacionales. Entendemos que identificarnos con una entidad y que esa entidad nos representa a nosotros y nuestros ideales, tiene mayor importancia que tener unos títulos de NCAA (o la Champions). Somos muy familiares. Conocemos a la gente en la grada y hasta a los jugadores. Y ellos conocen a nosotros. Tengo una pelota de baloncesto con la firma de Trevor Huffman, a lo mejor nuestro Ettien, donde me dejó el mensaje: "Persigue tus sueños." Cuando, aún de adolescente, pasaba por las canchas de la universidad, era normal que los jugadores del equipo me dejaran o hasta me invitaran a jugar con ellos. Incluso algunos entrenadores me conocían. Cuando cumplí 16 años, ponían una pequeña felicitación en el videomarcador (el nuestro también era muy antiguo, pero lo han cambiado desde aquel entonces). Estos detalles tan preciosos y personales sólo pasan en las entidades que trabajan desde la humildad y que valoran de todo corazón lo que es ser una familia. Por todo eso, yo veo a Kent State, en palabras de Pedro Sempere, como "Jimmy Gimble" otro "concomitante con el Levante UD".
También he disfrutado de desplazamientos largos como el viaje de 9 horas a Carolina del Norte
para enfrentarnos a Duke University, la universidad más exitoso de los últimos veinticinco años en la NCAA. En otra similitud con el Levante, los árbitros nos perjudicaron y perdimos, pero sólo por 7 puntos, 79-72.
Después de ver el anuncio del Levante, quería saber más sobre este club misterioso que parecía tanto a mi Kent State. Cuando aprendí que era del mismo barrio de mi abuelo, El Cabanyal (de hecho sólo unos años separan sus respectivos nacimientos), no lo podía creer. Entonces, el Levante es mi Kent State en La Liga Española no tan sólo por sus valores, sino también porque es el equipo de mi "casa" en España, es decir que sería el equipo local para mí y mis raíces españoles.
Por lo que mi abuela y mi madre me enseñaron, por este entendimiento del deporte que he tenido toda mi vida y por el recién conocimiento de mis raíces cabanyaleros, estaba bien claro que me iba a convertir en granota, hecho que pasó en esta última campaña en Primera. De hecho, el primer partido ante el Sevilla fue mi primer partido como granota. A partir de allí conocer al Levante ha sido una auténtica pasión.
El Levante también ha tenido detalles preciosos conmigo, parecidos a los de Kent State. Por ejemplo, cuando el club tenía una promoción para que los aficionados pudiéramos dejar mensajes colgados en los vestuarios, el club recibió con los brazos abiertos unos mensajes que envió por email (porque no podía colgarlos en persona):
El primero fue incluido en un reportaje de Canal Plus.
Hasta los jugadores han tenido detalles conmigo. Rafa Jordà es el jugador levantinista que ha protagonizado unos detalles que guardaré para siempre en la memoria. Es un jugador que encaja a la perfección con los valores de humildad y esfuerzo que caracterizan al Levante. Además, tiene todas las señas de ser una persona muy amable y encantador. Parece más un hijo propio para muchos de nosotros. Pues, Rafa tuvo un concurso de vídeos para sus aficionados en su sitio web. El mío fue escogido.
Mi vídeo que ganó el concurso de Rafa Jordà
Decían que el ganador se llevaría una camiseta firmada por Rafa, algo que me daba muchísima ilusión porque el club no tiene una tienda online y, por lo tanto, no existe una manera de recibir una camiseta del Levante en EE.UU.). Pero el grande Rafa no tan sólo firmó él mismo, sino también la tenía firmada por todos los compañeros de la plantilla de esta última campaña, como he dicho mi primera como granota, que para mí y muchos más fue el mejor Levante de la historia.
A este gran gesto me faltaban las palabras y mi español.
Lo único que puedo decir es que me va a servir de mucha motivación e inspiración en esta, mi última temporada en mi equipo universitario y que algún día, cuando tenga casa propia, estará colgada en un lugar importante de la casa. Estaré siempre agradecido a Rafa y la gente que trabaja en Oidea Comunicación y, también al Levante y sus grandes jugadores.
Sigo sintiendo una alegría tremenda como aquel primer día (a pesar de la dolorosa bienvenida a Primera que sufrimos en casa por parte del Sevilla) cada vez que veo al Ciutat de València o el Levante. Cuando lo veo por la tele, se me ponen los pelos de punta. Me siento muy vinculado al Levante, tal que paso mis días en Internet, intentando informarme de toda la actualidad y historia del club.
Está claro que ser del Levante es mi recuperación de memoria histórica. A pesar de que mi deseo de obtener la nacionalidad española ha sido un fracaso, me ha acercado al Levante, una gran conexión a la tierra de mis ancestros. Gracias al Levante puedo sentir cada día más cercano, más orgulloso de mis raíces, y, como el mismo club, lo que es ser de El Cabanyal y los Poblados Marítimos.
D.B.S.
Posnota, el vídeo mío ha salido en Canal Nou en València. Aquí el reportaje...