Autor en frente de la casa de Miguel Hernández
con la antología poética del poeta en mano. (Junio 2009)
Una vía para comunicar con los muertos
"Aunque bajo la tierra
"Aunque bajo la tierra
mi muerto cuerpo esté
escríbeme a la tierra,
que yo te escribiré."
-Miguel Hernández
En el otoño de 2008 me encontré en mi primer semestre de universidad. En aquellos primeros meses tenia todo un mundo grande en frente. Decir que tenía algo de ansiedad y miedo sería engañoso. Pero unos escritores españoles me ayudaron a pasar por momentos difíciles con confianza y coraje. Estos escritores son Miguel Hernández y Federico García Lorca. Me recordaron de mi abuelo, de su lucha por la Republica, de mis raíces, pero sobre todo me dieron una visión de un mundo mejor con poemas de emoción e inspiración. Como ya estamos en el año del centenario de Miguel Hernández me toca hablar de su poesía y el gran efecto que ha tenido en mi vida.
Aún recuerdo aquel primer momento de encontrar a Miguel Hernández. Estaba pasando páginas de un libro de texto dedicado a literatura española, leyendo sobre autores y llegué leer sobre un Miguel Hernández, soldado-poeta en la banda republicana, muerto en prisión franquista. Ví muchos paralelos con la vida de mi abuelo a quien empezaba a investigar con más frecuencia en esa época. El libro de texto incluía Nenas de cebolla que sigue siendo un poema tan precioso para mí. Al leerlo evoqué muchas emociones, sentimientos que guardo adentro sobre mi España: la republicana, la de la libertad de opresión, la del gobierno elegido, la de la no-monarquía. Tenía la realización que este Miguel Hernández era un hombre que tenia esa visión y que había luchado y muerto por ella.
Pues, de aquí, estaba fascinado con la figura de Miguel Hernández y con su obra. Iba buscando información sobre su vida en Internet y leyendo sus poemas. Sus poemas me recordaron de lo bonito que es mi país, España, y su idioma, el español, pero sobre todo la gente española, mi gente, mis antepasados, mi abuelo. Sus poemas, como Campesino de España, me transmitían tanto amor y orgullo por hombres como mi abuelo y Miguel Hernández que lucharon contra el franquismo. La obra de Miguel Hernández siempre me ha transmitido valores y filosofías de vida, como si fuera mi viejo abuelo, dándome sus consejos y lecciones sobre la vida. Así es Miguel Hernández para mí: como un viejo conocido, un familiar distante.
Pues, de aquí, estaba fascinado con la figura de Miguel Hernández y con su obra. Iba buscando información sobre su vida en Internet y leyendo sus poemas. Sus poemas me recordaron de lo bonito que es mi país, España, y su idioma, el español, pero sobre todo la gente española, mi gente, mis antepasados, mi abuelo. Sus poemas, como Campesino de España, me transmitían tanto amor y orgullo por hombres como mi abuelo y Miguel Hernández que lucharon contra el franquismo. La obra de Miguel Hernández siempre me ha transmitido valores y filosofías de vida, como si fuera mi viejo abuelo, dándome sus consejos y lecciones sobre la vida. Así es Miguel Hernández para mí: como un viejo conocido, un familiar distante.
Solo la poesía podría hacerlo posible, ofreciendo esa oportunidad de conectar con la alma de una persona. La poesía es algo que cuando esta bien hecha te saques una parte de ti y la roba tu poema. Es como si dejas todo tu corazón y alma en capturar ideas, sentimientos, palabras, etc. que al final el poema no es tan solo una reflexión de ti, mejor es una encarnación de ti. Y poemas nos pueden sobrevivir, como los de Miguel Hernández han sobre.
Termino este blog tan especial para mí con el recuerdo de un momento muy significativo para mí. Alguna vez estaba hablando con mi abuela sobre Miguel Hernández. Creo que estábamos repasando nuestro viaje a España en su casa en Ohio. Al hablar de Miguel y de mi afición por la poesía, mi abuela me interrumpía:
“¿Sabias que tu abuelo le gustaba la poesía?Sí. Leía mucha poesía…hasta recitaba poesía
de vez en cuando…”
Seguramente leía Neruda, tal vez Kipling o Machado, y por supuesto tenía que haber leído a Miguel Hernández.
Como si fuera, allá arriba, manejando mis ojos, mis manos, mi mente hacia la poesía y Miguel Hernández…
Si escuchamos a los voces de la poesía podemos comunicar con ellos… ¿y que nos dicen?
Como si fuera, allá arriba, manejando mis ojos, mis manos, mi mente hacia la poesía y Miguel Hernández…
Si escuchamos a los voces de la poesía podemos comunicar con ellos… ¿y que nos dicen?
Descansen en paz.
Seguid conmigo y con nosotros.
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